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¿Cuáles son los pasos para hacer un jardín?


By: Fatima
Crear un jardín

Empezar un jardín es una de las cosas más gratificantes que se pueden hacer. Plantar flores aromáticas o empezar un huerto (¡o ambas cosas!), y todo el mundo puede beneficiarse de ensuciarse un poco las manos. Pero si eres nuevo en la jardinería, puede ser difícil saber por dónde empezar. 

Sin embargo, no tiene por qué ser complicado; si divides tu proyecto en pasos manejables, puedes iniciarte en la jardinería a tu propio ritmo. Y pronto verás la recompensa de tus esfuerzos con hermosas vistas, deliciosos sabores y coloridas flores. Estos pasos te ayudarán a empezar desde cero


1 - DECIDE QUÉ QUIERES CULTIVAR EN TU JARDÍN

¿Quieres plantar un huerto? ¿Un jardín de hierbas? ¿Un jardín de flores? Si eliges las verduras y las hierbas por su contribución a la mesa, planta las que tu familia vaya a comer o esté dispuesta a probar. Si quieres flores por su estilo, color y fragancia, decide si quieres plantas anuales que florezcan la mayor parte del verano pero que haya que volver a plantar cada primavera o plantas perennes que tengan una floración más corta pero que vuelvan año tras año. Cada una de ellas, o incluso una combinación de ellas, crea un jardín impresionante, pero tiene diferentes necesidades de mantenimiento. Un consejo: Empieza con poco hasta que sepas en qué te metes.


2 - ELIGE UN LUGAR PARA EMPEZAR

La mayoría de las frutas y hortalizas necesitan pleno sol, con un mínimo de cinco horas de luz solar directa al día para la fructificación. Las verduras, las hierbas y las hortalizas de raíz crecen en la sombra parcial. Los huertos del sur pueden beneficiarse de la sombra del final de la tarde, mientras que los del norte necesitan todo el sol posible.

No se preocupe si su terreno tiene mucha sombra: No podrás cultivar tomates a la sombra, pero a muchas otras plantas (como las hostas y los helechos de exterior) les encanta. No te saltes este paso, porque para prosperar, tus plantas necesitan que se cumplan sus requisitos de luz. Consulta las etiquetas de las plantas o pregunta al personal de tu centro de jardinería local para que te ayude a saber cuánto sol necesita una planta.

Piensa en cómo vas a acceder al jardín para recoger, regar y cuidar tus plantas. No estar en el sitio equivale a no estar en la mente, y a un jardín descuidado. Evita las zonas de mucho viento y las bolsas de escarcha (zonas bajas donde es probable que se instalen las heladas).

Tenga cuidado con la fauna, los daños causados por las mascotas y las zonas de juego de los niños. 


Jardín

3 - DESPEJAR EL TERRENO

Deshazte del pasto que cubre la zona que piensas plantar. Si quieres resultados rápidos (si ya es primavera y quieres tener verduras este verano), córtalo. Corta debajo del pasto con una pala, corta el pasto en secciones para que sea más fácil de quitar, y luego ponlo en tu pila de compost para que se descomponga.

Es más fácil asfixiar el pasto con papel de periódico, pero lleva más tiempo. Cubre tu futuro jardín con cinco hojas de periódico; duplica esa cantidad si tu pasto es de tipo Bermuda o San Agustín. Esparce una capa de 5 cm de compost (o una combinación de tierra para macetas y tierra vegetal) sobre el periódico y espera. El compost y el papel tardarán unos cuatro meses en descomponerse. Pero para la primavera, tendrás una cama lista para plantar sin hierba ni maleza y con mucha tierra rica.

4 - INVIERTE EN HERRAMIENTAS BÁSICAS DE JARDÍN

Las herramientas adecuadas hacen que trabajar en tu jardín sea un placer en lugar de una tarea. No utilizas un cuchillo de mantequilla para cortar zanahorias crudas, y no deberías utilizar herramientas sin filo o endebles para trabajar en tu jardín.

No compres herramientas de plástico baratas si puedes evitarlo. Busque en las ventas de jardín y de bienes raíces para encontrar gangas en herramientas de metal reales, o visite su centro de jardinería local. Adquiera herramientas del tamaño adecuado para reducir el riesgo de lesiones.

Unas buenas herramientas te salvarán el tiempo y el esfuerzo, así como la espalda. Mantén las herramientas limpias y afiladas, igual que debes tratar un buen cuchillo. Para saber cómo mantener tus herramientas en buen estado, visita "Limpieza y afilado de herramientas de jardín".

Herramientas para jardín

5 - MEJORA EL SUELO

Cuanto más fértil sea el suelo, mejor crecerán tus hortalizas. Lo mismo ocurre con otras plantas. El suelo residencial siempre necesita un refuerzo, especialmente en las nuevas construcciones, donde la capa superior del suelo puede haber sido despojada. El suelo puede ser excesivamente húmedo, pobre e infértil, o demasiado ácido o alcalino. La solución suele ser sencilla: Añadir materia orgánica. Cuando excave o labre un lecho nuevo, añada al suelo una capa de 2 a 3 pulgadas de compost, hojas descompuestas, recortes de hierba seca o estiércol viejo. Si decide no cavar o trabaja con un lecho ya establecido, deje la materia orgánica en la superficie, donde acabará convirtiéndose en humus (materia orgánica). Las lombrices harán la mayor parte del trabajo de mezclar el humus con el subsuelo.


6 - CONSTRUYE TU SUELO

Trabajar el suelo es esencial para preparar los nuevos bancales para la siembra o la plantación, ya que permite que las raíces penetren más fácilmente en el suelo para acceder al agua y los nutrientes. Existen dos métodos: El laboreo y la excavación.

El laboreo consiste en cultivar la tierra con un dispositivo mecánico, como un rotocultor. Es un buen método cuando se necesita incorporar grandes cantidades de enmiendas. Sin embargo, también puede alterar los microorganismos y las lombrices de tierra. Así que es mejor hacer poco que demasiado. Labrar en exceso y trabajar la tierra cuando está demasiado húmeda o seca daña la estructura del suelo y las raíces de las plantas.

Cavar es más práctico para preparar lechos pequeños. Excave sólo cuando la tierra esté lo suficientemente húmeda como para formar una bola suelta en su puño, pero lo suficientemente seca como para deshacerse cuando la deje caer. Utilice una pala afilada o una horquilla para remover suavemente los 20 a 30 centímetros superiores de la tierra, mezclando al mismo tiempo la materia orgánica del paso 4. (Caminar sobre los lechos preparados compacta la tierra, así que coloca tablas temporalmente para distribuir uniformemente tu peso).

7 - ELIGE TUS PLANTAS

Algunas personas estudian detenidamente los catálogos durante meses; otras se dirigen al centro de jardinería y compran lo que más les gusta. Cualquiera de los dos métodos funciona siempre que elijas plantas adaptadas a tu clima, suelo y luz solar. Incluso puedes navegar por Internet en busca de plantas para comprar. Aquí tienes unas cuantas plantas fáciles de cultivar para principiantes:

  • Plantas anuales: Caléndula, cosmos, geranios, impatiens, caléndulas, girasoles y zinnias
  • Plantas perennes: Susans de ojos negros, lirios de día, orejas de cordero, pensamientos, phlox, coneflowers púrpura y salvia rusa
  • Hortalizas: Pepinos, lechugas, pimientos y tomates


Jardín de flores

8 - EMPIEZA A PLANTAR

Algunas plantas, como los pensamientos y la col rizada, toleran el frío, así que puedes plantarlas en otoño o a finales de invierno. Los tomates y la mayoría de las flores anuales, en cambio, prefieren las temperaturas cálidas, así que no los plantes hasta que haya pasado el peligro de las heladas en tu zona. La mitad de la primavera y la mitad del otoño son buenos momentos para plantar plantas perennes.

Muchas plantas, como la lechuga y los girasoles, son fáciles de cultivar a partir de semillas directamente en el jardín. Asegúrate de leer el paquete de semillas para obtener información sobre el momento de la siembra, la profundidad y el espaciado. Si eres un principiante aventurero, adelántate a la temporada de cultivo sembrando las semillas en el interior unas semanas antes de la última fecha de las heladas. En los centros de jardinería hay contenedores o pisos diseñados especialmente para las plántulas y mezclas de tierra para sembrar. Sigue las instrucciones del paquete de semillas y coloca los recipientes en un alféizar soleado o bajo las luces de cultivo si no tienes espacio en la ventana. Asegúrate de mantener las semillas y las plantas de semillero húmedas pero no mojadas, o podrían pudrirse.

Un método más sencillo para iniciar tu huerto es comprar plantas jóvenes, llamadas plantas de semillero o trasplantes. Cava agujeros en el lecho preparado según las instrucciones de la etiqueta. Saca las plantas del contenedor empujando hacia arriba desde el fondo. Si las raíces han crecido hasta formar una gran bola (lo que se conoce como estar atado a las raíces), utiliza un tenedor o tus dedos para desenredar algunas raíces externas antes de colocarlas en el agujero. Coloca la tierra alrededor de las raíces y empapa la tierra con agua.

9 – RIEGA EN EL MOMENTO ADECUADO

Las plántulas no deben secarse nunca, así que riega a diario. Disminuya el riego a medida que las plantas crezcan. Los trasplantes también necesitan un riego frecuente hasta que sus raíces se establezcan. Después, la frecuencia de riego depende del suelo, la humedad y las precipitaciones, aunque una vez a la semana es un buen punto de partida. Los suelos arcillosos se secan más lentamente que los arenosos, por lo que no será necesario regarlos con tanta frecuencia. Las condiciones de sol y viento secan el suelo más rápidamente que el tiempo fresco y nublado. ¿Aún no estás seguro? Toca la tierra a unos 7 o 10 centímetros por debajo de la superficie. Si está seca, es hora de regar. Riega lenta y profundamente, para que el agua se absorba en lugar de escurrirse. Para minimizar la evaporación, riega por la mañana temprano.


10 - MANTENER EL JARDÍN

Tu jardín está empezando a crecer. Ayúdale a alcanzar todo su potencial manteniéndose al día con las tareas del jardín. Riega las plantas. Arranca las malas hierbas antes de que crezcan. Deshágase de la vegetación muerta, moribunda y enferma. Destierra los insectos destructivos arrancándolos de la planta y dejándolos caer en un cubo de agua jabonosa (como los gusanos del tomate), limpiándolos con una manguera o rociándolos con un jabón insecticida comprado en un centro de jardinería. Sostén las plantas altas (como los tomates) con un enrejado, una estaca o un tipi. Además, recoge las verduras en cuanto estén listas. Y recuerda pararte a oler... bueno, lo que sea que estés cultivando.

Si has enriquecido la tierra con compost antes de plantar, es posible que no necesites hacer ningún abono adicional. Sin embargo, algunas hortalizas (como los tomates y el maíz) son muy exigentes y pueden necesitar un fertilizante de liberación rápida cada tres o cuatro semanas. Pide ayuda a un experto en el centro de jardinería y sigue siempre atentamente las instrucciones del envase.



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